Acoso escolar o Bulling: ¿Cuál es la raíz del problema?
El Acoso escolar es un tema muy de actualidad y más ahora cuando nuestros hijos vuelven al cole y nos planteamos: ¿Puede ser que mi hijo sufra acoso escolar? ¿Cómo puedo protegerle de esto?
Supongo que llega un momento en que todos los padres nos enfrentamos al miedo de que nuestros hijos sean víctimas de acoso escolar (bulling) y sobre todo a plantearnos si sabremos detectarlo a tiempo.
Y cuando verdaderamente nuestro hijo está sufriendo acoso escolar llegan las preguntas del millón ¿Por qué le tiene que pasar a mi hijo?¿Podría haber hecho algo antes? ¿Por qué no han hecho nada en el colegio para evitarlo? ¿Que hago ahora?…
Seguro que todos recordamos en nuestra infancia al niño diferente con el que todo el mundo se metía, o que apartaban del grupo, al que no dejaban jugar o incluso al que pegaban simplemente por ser distinto. Aunque hace años no se había acuñado el término ahora tan conocido como “acoso escolar”, lo que está claro que se llamase como se llamase, sin duda existir existía, pero no contaba con todas las armas actuales, como teléfonos móviles, redes sociales, videos…que hacen que el problema pueda agravarse muchísimo más.
La parte positiva, es que ahora tenemos información, sabemos qué consecuencias físicas y morales puede acarrear en un niño sufrir acoso escolar y por tanto tenemos una oportunidad para intentar hacer una generación de niños más tolerantes, que sepan respetar a los demás… y que por suerte cada vez somos más los padres y las madres que luchamos por conseguir esto.
Desde siempre he tratado de inculcarle a mi hija valores que he creído fundamentales, basados sobre todo en la empatía, en la tolerancia, en el respeto hacia ella misma y hacia los demás, a ser educada, a tratar bien a los demás…En fin, trato de conseguir cada día todo lo que creo que intentamos la mayoría de los padres, que nuestros hijos sean «buenas personas», en el sentido más abstracto de la palabra.
Bien, hasta hace poco todo iba perfectamente, pero desde que ha empezado a ser algo más mayor, no puedo dejar de preguntarme si estoy criando una niña demasiado buena.
¿Qué pasa cuando nuestros hijos tienen que enfrentarse en su día a día con otros niños que no han interiorizado igual de bien estos valores y que actúan de manera totalmente inversa, que excluyen, que se rien de las diferencias de los demás, que no entienden el sufrimiento ajeno…? Niños, quizá fruto de unos padres a los que infundir esta serie de valoress de respeto y tolerancia no les parece algo fundamental o que consideran que estas actitudes de sus hijos son solo cosa de niños y les restan la importancia debida, o lo peor, padres que ni siquiera se lo plantean.
Por tanto ¿Qué hacer si desde siempre les hemos dicho a nuestros hijos que hay que tratar bien a los demás, que nadie se puede meter con otra persona por ser distinta, qué no está bien reírse de alguien por algo malo que le hubiera podido ocurrir , que no hay que insultar ni pegar a nadie y, resulta que el niño de al lado empieza a insultarle o a reírse de él por estar más gordito, por tener las orejas más grandes, por vestir diferente, por hablar diferente o por cualquier otra cosa?
No me negaréis que cuando vuestros hijos llegan a casa diciendo que fulanito o menganito se ha metido con él, por su aspecto, por no saber algo en clase, por la ropa que lleva o vete tú a saber, no os entran ganas de haber estado allí y decirle cuatro cosas bien dichas al niño en cuestión.
Lógicamente, sabes que lo que tienes que enseñar a tu hijo es a encontrar sus propios mecanismos para luchar contra ese tipo de situaciones, que tienes que enseñarles a que se defiendan y se enfrenten solos a ellas; el problema viene en cómo hacerlo, sobre todo teniendo en cuenta que, si tus hijos no están habituados a estas conductas, es probable que no entiendan como es posible que otros niños actúen de ese modo.
Hace unos años mi hija, con tan solo 5 años por aquel entonces, me contó algo que me hizo reflexionar profundamente sobre este asunto del acoso escolar o el bulling.
En un parque de bolas, unos niños mayores empezaron a insultarla a meterse con ella con diferentes insultos que ni siquiera ella supo reproducir, y su reacción fue no decir nada, bajarse y decir que se quería ir a casa porque los niños estaban gritando mucho y era “insoportable”. Lógicamente en ese momento no lo supe y cuando me lo contaba, días después, su pregunta fue:
-“Mamá ¿por qué hay niños que se portan tan mal y se meten con los demás? ¿Qué pasa? ¿qué sus madres no les saben educar?…
Mientras que yo intentaba reaccionar ante esa pregunta, ella sola se respondió….
-Ah, ya lo sé, a lo mejor es que sus madres se piensan que son buenísimos, porque en casa cuando les ven sus madres se portan bien, y cuando no les ven, hacen lo que les da la gana.
El caso es que mi hija no supo enfrentarse a esa situación, simplemente desapareció para no tener que afrontarlo.
Quizá su reacción fue un buen mecanismo para salir de una situación con unos niños a los que no tendría que volver a ver más.
Pero ¿qué pasa cuando situaciones similares suceden en el colegio con niños a los que tienen que ver cada día y a los que les parece divertido o les hace sentirse más fuertes, más respetados, el meterse con los demás? ¿A qué edad esto deja de ser un «comportamiento de niños» puntual para convertirse en una conducta habitual que puede ser realmente tachada de acoso?
Sabemos que están los profesores, los monitores, los cuidadores, para intentar detectar estas situaciones y ponerles freno, pero eso servirá una vez, dos… ¿qué pasará cuando ellos no estén delante?
Sinceramente no tengo respuestas y me asusta sobremanera, pero creo que hay que empezar a enseñar a nuestros hijos otros principios fundamentales que pasan por el hacerse respetar, y esto se basa en fomentar la autoestima, enseñarles a creer en sí mismos y para ello no debemos ser sobreprotectores con ellos, sino enseñarles a hacerse valer.
Y por supuesto es clave establecer con nuestros hijos desde muy tempranas edades un vínculo de comunicación constante para que en el caso de que no puedan o no sepan como afrontar alguna situación, tengan la suficiente confianza para contarlo y pedir ayuda a padres y/o profesores, incluso a compañeros.
No cabe duda, de que el colegio puede ayudar mucho poniendo medidas contra el acoso escolar, educando en la tolerancia, en la empatía…, pero los valores fundamentales tienen que estar en casa y desde edades muy tempranas, sin esto será difícil erradicar el acoso escolar.
Me viene genial el artículo porque define perfectamente mi caso y mi planteamiento. Pero al final esperaba la respuesta a como tratar cuando llegas a ese punto, porque yo me he planteado enseñarle a ser menos bueno y esas picarescas que los demás si tienen y se aprovechan de su ingenuidad y su buena fe. Es que me da mucha rabia y miedo de que pueda sufrir por eso….. Que difícil, me quedo sin respuesta 🙁